jueves, 25 de octubre de 2012

"SAVAGE"


1 comentario:

xeffan dijo...

Erase una vez una linda piedra, era una piedra pequeña, había formado parte de otra mucho mayor que permanecía enterrada a muchos de metros de profundidad. Pero ella había tenido suerte y fuertes corrientes subterráneas la habían arrancado de su oscura tumba y después de un azaroso y largo camino había llegado al exterior donde los rayos de sol arrancaban de los óxidos metálicos de su estructura delicados tonos rojos, azules y verdes. La linda piedra disfrutaba de esa luz que resaltaba su rara belleza en la orilla de un río a pocos kilómetros del mar.
Argumento 1:
Un joven excursionista que acampaba cerca de la orilla la descubrió en una de sus extenuantes caminatas y recogiéndola la observó mientras la hacía girar en la palma de la mano para poder admirar mejor la perfección de su forma y el sugestivo juego de colores. El caminante guardó la piedra con la intención de mostrársela algún día a un amigo con ciertos conocimientos de geología. Y de esta forma la piedra fue examinada por distintos especialistas que diagnosticaron el indudable interés de una mezcla química anómala y afortunada, pasando por sucesivos despachos, gabinetes y vitrinas hasta llegar a una importante exposición donde mucha gente pudo admirarla, siendo convenientemente informada por el rótulo de que estaban contemplando la muestra número 36: cristales tubulares de azuritas y malaquitas.
Argumento 2:
Un joyero de la capital, de vacaciones, paseaba cómodamente por la ribera apoyado en su soberbio bastón de ébano y plata cuando, su entrenada mirada para lo bello y exquisito, reparó en aquella pequeña gema que se distinguía del monótono pardo continuo del arenoso camino. Tomándola cuidadosamente con su enguantada mano se la acercó a los ojos aquilatando mentalmente sus posibilidades de negocio. Pocos meses más tarde una adinerada clienta adquiriría una refinada sortija coronada por una delicada trasmutación de la pequeña piedra tras ser domesticada su inorgánica y salvaje naturaleza por las hábiles artes del joyero.
Argumento 3:
Un chiquillo de apenas siete años que vivía con sus padres en el pueblo cercano, correteaba ocioso inmerso en una bruma atolondrada de pensamientos y fantasías que le trasportaba varios metros por encima del camino que pisaba. En medio de la típica dualidad adolescente del hacer y del pensar, sin mayores reflexiones, algo en él reaccionó al ver la pequeña piedra y, como si el brazo de otro se tratase, con un gesto preciso y enérgico, la atrapó para lanzarla inmediatamente contra la plácida corriente del río. En los giros que describió en su trayectoria la piedra emitió hermosos destellos, el agua la recibió blandamente y se hundió deprisa en el fino limo del fondo que ocultaría desde entonces su lento morir mineral.
Preguntas:
¿El arte no es una evidencia improbable? ¿Si verdadero artista necesita ser evidente no es un destino ciertamente improbable? En cualquier caso ¿realmente importa esto o es el ego un espectador suficiente? ¿No hay algo dulce y morboso en el dolor? ¿No es más fácil pensar que somos una malograda piedra maravillosa que, que en el fondo, sólo somos una piedra? Todo me lo digo a mí, porque yo si te veo hermano, no soy una alucinación psicótica más. Bss.