Por una cualidad de la creación artística el espectador puede apropiarse figuradamente de ella e interpretarla según su propio contexto y/o capacidad reflexiva.
Al margen de este necesario y rico flujo de contenidos existe en el mundillo artístico otras maneras de apropiarse, y no solo del fondo y/o la forma, hasta del mismísimo artista.
El término "casta" encaja en este contexto a la perfección. Los terratenientes son los "diseñadores intelectuales" del Arte, y los artistas sus jornaleros (Ni que decir tiene que la jornada laboral es caritativa limosna a pesar del abuso sobre el que se sustenta)
El artista (emergente y no) sueña con una oportunidad, o mejor aún, una pared de prestigio de la que colgar sus ocurrencias.
Las instituciones y comisarios las ofrecen disfrazadas de altruismo y sensibilidad.
Pero al igual que ocurre con los pueblos, el mayor volumen de ayudas se destina a los débiles y los inútiles, pues ello es garantía de perpetuo ejercicio del dominio y el poder.
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